Declaración de intenciones
A veces la cabeza se te llena de tantas palabras que cualquier modo de expresarlas se te hace pequeño… Son ideas que quieres contar al mundo, entendiendo como tal a todo aquél que con seguridad me leería (porque para eso están los amigos) y a todo el que sienta curiosidad sin más.
A veces pasan cosas tan importantes que tal vez son demasiado material para comprimirlo una notita, otras tan sencillas que ni acumulando un bojote darían para una edición de cuentos cortos en formato bolsillo.
El hecho es que un día me decidí y dije a uno de mis amigos de esos que saben de teclas, nodos y dominios ¨ayúdame a crear mi propia página web… No te rompas la cabeza, sólo necesito un lugar con nombre y apellido, unas nubecitas, y que estés pendiente cada vez que pegue un grito¨.
Mi amigo se movió con una agilidad ejemplar, tanto, que esta página existe desde hace casi seis meses, y no había tenido tiempo material ni brazo derecho para dedicarle ¨ un ratico¨.
Lo que acabo de comenzar es lo más parecido a un matrimonio (aparte de ese al que de forma masoquista me someto con mi compañía telefónica). Esto es un compromiso, y veremos si sale bien o si dentro de poco quiero divorciarme. Ilusión hay, mucha, pero como en todo matrimonio, hace falta mucho más que ilusión para que tenga una vida larga y feliz.
Más de una vez los acontecimientos que me rodean han tenido la virtud de revolverme la sangre y empujarme a escribir sin parar… No obstante, las lesiones, el tiempo y los asuntos urgentes me han sujetado fuerte dejando al empujón sin efecto.
En adelante si quieren acompañarme en esto, sólo tendrán que tener claro lo siguiente:
Declaración de intenciones:
Lo que escribo, muchas veces lo contaré como cuando vuelvo a encontrarme con mis amigos y dejo lo mejor para el momento en el que estemos todos juntos; otras como cuando le hablo al oído a mi mayor confidente, y muchas otras como cuando desde la propia butaca le pregunto cosas a eso que no me gusta, me afecta o me cuesta entender.
Esto no es la verdad absoluta, como tampoco lo es la de ningún otro (por más que nos digan lo contrario). No es un espacio para pelear, agredir, ni irrespetar a nadie… Es simplemente una hojita llena de reflexiones, quejas, preguntas y mucha buena intención. Dicho esto, la ventana queda abierta para que se asomen cuando quieran, y a quien no le guste, cabe recordarle que en un ángulo de la pantalla hay una ¨x¨pequeñita a la que puede dar click y olvidarse de mí…